Hume y Kant

Hume y Kant

Por Miguel Ángel Aulestia Martínez

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Sinopsis

David Hume, cansado de ese cariño reverencial y de respeto casi mágico hacia las corrientes idealistas, la metafísica y el racionalismo dominantes en los estamentos oficiales, se lanza a la arena filosófica con un discurso lapidario, incendiario y destructivo que se revela en esta premisa: «Si tomamos en la mano cualquier volumen de teología o de metafísica escolástica, por ejemplo, preguntemos: ¿contiene algún razonamiento abstracto sobre cantidad o número? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental concerniente a cuestiones hechos y existencia? No. Entonces, arrójelo al fuego, pues no contiene más que sofistería e ilusión». Hume defiende un empirismo crítico, desprecia esos cielos prístinos y ofrece el volver a la tierra con la experimentación como fundamento para recuperar un verdadero espíritu científico en la filosofía. Con este método se lanza a investigar todo el quehacer intelectual humano, negando el Yo, la causalidad, la religión e incluso los orígenes de la moralidad. Son tiempos revueltos y de revoluciones políticas. Su éxito es moderado, pero despierta conciencias. Su mensaje llega a Kant, quien es conmovido y despertado de un largo sueño racionalista dogmático. No se derrumba; acoge sus escritos con paciencia, sin escándalo. En décadas de trabajo arduo y minucioso, consigue una reformulación única, da la vuelta como un guante a la filosofía de la época y a la antigua. El genio de Kant se convierte en una retroexcavadora intelectual que remueve toneladas de conocimiento acumulado en dos mil quinientos años de filosofía, construyendo un nuevo y elegante edificio. No desperdicia los fragmentos útiles de los escombros y lo llama: Idealismo trascendental. Allí, señala claramente los límites de la razón y el conocimiento, y pone a remojo crítico todas las concepciones metafísicas sobre el alma, Dios y el mundo elaboradas hasta la fecha. Y no solo eso, intenta dar un criterio definitivo y, para siempre, sobre los principios de la conducta ética humana, libre de tonalidades teológicas.

Miguel Ángel Aulestia Martínez