Arte, ciencia y belleza en  el Renacimiento.

Arte, ciencia y belleza en el Renacimiento.

Por Johman Carvajal Godoy, Arjuna Gabriel Castellanos Muñoz, John Edgar Congote Rojas, Nicolás Duque Naranjo, César Augusto Guerra Villa, Juan Camilo Hernández Rodríguez, Simón Ibarra Zuluaga, Andrés Felipe López López, Andrés Felipe Palacios Pérez, Ezequiel Quintero Gallego, Angélica María Rodríguez Ortiz, Edgar Alonso Vanegas Carvajal

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Sinopsis

[…] Como tiempo, el Renacimiento va desde (las bisagras) Dante Alighieri y Giotto  di Bondone hasta el siglo xviii, aunque esto, todavía, es motivo de discusión. El va  y el hasta, además, se aplica al espacio geográfico donde tuvo lugar y en donde  produjo sus frutos: Italia, Alemania, España, Francia, Inglaterra, Bélgica, Suiza,  Holanda, Polonia, Rusia, y de algunos de estos, mezclado con el Gótico, por poner  un ejemplo de mezcla, a otros espacios del globo. Y lo renacentista… ¿En qué consiste dicho carácter del espíritu humano al que  podemos llamar renacentista?, ¿en qué consiste ser renacentista? Sería una petulancia dar una definición terminada en un texto tan breve como este, pero sí menciono algunos de los aspectos, propiedades o atributos de la unidad llamada ser  renacentista, espíritu renacentista: para mí es inalienable la búsqueda de totalidad  del conocimiento, la procura de armonía del saber científico, con el artístico y el  práctico; también, el amor a la belleza formal y a la belleza viva que son redivivas  en el arte, la literatura, la ciencia, la arquitectura y la ingeniería, y de aquí sus  visitaciones al cultivo de las ideas en las Grecia y Roma clásicas (visitaciones que  son revisitaciones, pues antes las iniciaron los hombres de la Edad Media); asimismo, la elevación y centralidad del ser humano en tanto que creador, que es una  forma de divinización, gracias a la correspondencia entre microcosmos y macrocosmos, entre el hombre y el universo —aunque podría verse también por la otra  dirección: la humanización de lo sublime, de lo divino. En lo que se puede descubrir una de las influencias que el Renacimiento tuvo en el artista romántico  William Blake—. De esta última característica de lo renacentista deriva otra: la fe,  la esperanza o la confianza en poder llevar a cabo, con el suficiente trabajo,  cualquier empresa del conocimiento lógico, estético y práctico. […] [A]sí como decimos que somos románticos cuando nuestra voluntad es  imaginal, inventiva, tentadora, metafísica, exaltada, intensa, reflexiva y autoconsciente hasta lo metapsicológico, así, análogamente, ¿podemos afirmar que somos  renacentistas cuando somos racionalmente universales?, ¿o cuando amamos la  belleza arquetipal que cobra vida en las obras?, ¿o cuando nos hacemos alumnos de  los clásicos griegos y romanos?, ¿o al encarnar a Dios —muchos románticos dirían  al encarnar al Genio—? No responderé por el lector, pero sí por mí: la respuesta es  sí, en esos temperamentos somos renacentistas. Del Prólogo de Andrés Felipe López López

Edgar Alonso Vanegas Carvajal

  • Editorial:
  • Editorial Bonaventuriano
  • ISBN:
  • 9786287524132
  • Idioma:
  • Español
  • Tamaño:
  • Kb
  • Publicado:
  • Enero 1, 2023
  • Protección:
  • DRM

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