Sinopsis
Un hombre
lanza su orina sobre la barra de un bar: la mea sin pudor porque no lo
han dejado pasar al baño. No es un caso, ni siquiera, del todo, un
delito: apenas una contravención. A eso han reducido al inspector Vives:
recluido en una comisaría de barrio, cumple la condena de los
desterrados en una tarea innoble, mezquina, que se burla deél. Ahora,
el gran inspector Vives, luego de un caso fallido, persigue
contravenciones y rumia su venganza contra el comisario Bermúdez, el que
le tendióla trampa que lo hizo quedar recluido en las pequeñeces de
una dependencia barrial.
Vives, por su parte, consciente de que no pueden coexistir con Bermúdez
en la fuerza, arma una celada para destronarlo; juega a todo o nada y no
puede saber, en realidad, si ha logrado ganar.
Como en un juego de espejos, como en una partida de ajedrez de dos
viejos conocidos, ambos enemigos se miden todo el tiempo, prevén la
jugada del otro, arman una historia que no suelta al lector, que es
irrespirable.
Poblada de personajes secundarios atractivos, Tres segundos es una
eternidad puede ser leída como una novela cortesana, donde cada
personaje, cada locación, cada nombre tiene su correlato en otro real,
existente. Se trata, en definitiva, de un roman à clef en la que el
lector también puede decidir la suerte de la trama.